Se frien unos ajos en aceite y se sacan.
En este aceite se fríe bastante cebolla y, antes de que se dore, se añade el menudillo de pollo partido y 1/2 vasito de vino blanco; cuando refría, se le majan los ajos fritos, unos granos de pimienta negra, sal y azafrán, antes de que se eche el arroz, para que refría todo junto, cuidando que quede aceite. La sangre estará cocida y partida a pedazos, echándosela al menudillo un momento antes que el arroz.
Fuente: La Cocina de Sevilla. Juan Carlos Alonso
Nota: Nunca me acuerdo de comprar la sangre, pero si la tienes, pues queda mejor
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