UN SEVILLANO EN
MADRID
“Te acompaño hasta Atocha si me cuentas unos cuantos
chistes que los sevillanos sois muy graciosos y tenéis mucho salero”
Érase una vez un sevillano que
volvía tranquilamente de hacer en Madrid una gestión, vulgo un mandaíto: el mandao
es otra cosa. El buen hombre decidió volver a Atocha dando un paseo por esos
bulevares sombreados que mitigan el calor madrileñí. Se encontró con un viejo
conocido –un amigo también es otra cosa- a la altura de Colón: los madrileños
dicen Colón, Sol, Atocha o Chueca a pelo, sin especificar si es calle, paseo
,plaza, puerta o barrio.
-¡Cuánto
tiempo sin verte, amigo! ¿Qué haces aquí, de trabajo o disfrutando de la
capital de España?
Tras
un tanteo que el sevillano aprovechó para
zafarse del viejo conocido, la frase cayó como un jarro de agua fría: no
como el agua, sino como el jarro dándole en todo el cogote.
-Te
acompaño hasta Atocha si me cuentas unos cuantos chistes que los sevillanos
sois muy graciosos y tenéis mucho salero…..
Aquel
sevillano fino y frío de la estirpe de Romero Murube, se puso serio sin perder
la sonrisa y tomó la palabra mientras tomaba del brazo al viejo conocido.
-Pues
mira, en vez de contarte dos chistes te voy a contar una historia. O varias.
¿Ves ése que está ahí, sobre el pedestal neogótico de piedra? Es Cristóbal
Colón y está enterrado en la Catedral de Sevilla, que por algo anduvo por allí
en busca de apoyo para descubrir las Indias. En esa misma Catedral hay un
cuadro muy interesante de Murillo y una imagen muy impactante de Duque Cornejo
que representa a San Isidoro de Sevilla, el mismo que puedes ver, en forma de
efigie pétrea, ahí mismo, en la escalinata de la Biblioteca Nacional. Junto a
San Isidoro está Cervantes que vivió y escribió en Sevilla; Alfonso X el Sabio,
que sucedió a su padre en el trono y también está enterrado en la Capilla Real;
o el mismo Elio Antonio de Nebrija, o
sea, de Lebrija que escribió la primera gramática de la lengua que tú yo
estamos hablando en este momento. Pero no te pares, luego las ves
tranquilamente, que tengo que coger el AVE de las ocho, aunque si me acompañas
te puedo hacer una foto delante de la estatua de Velázquez en la puerta
principal del Prado. Si te gusta más la pintura de la segunda mitad del XVII te
la hago ante Murillo, que también está inmortalizado en bronce. Los conozco
bien porque son de Sevilla y porque están en los mejores museos del mundo, y
seguro que te sonarán de algo, Como Zurbarán el que sale en esas banderolas que
cuelgan de las farolas, ¿lo ves ahí arriba?, y que expone aquí durante el
verano, Pintor de telas , de santas, modernísimo aunque parezca lo contrario.
Seguro que lo descubres si vas a esa exposición, porque tú tienes muy buena vista, ¿verdad amigo?.
Antes
de despedirse del viejo conocido, que se había quedado mudo y demudado, el
sevillano viajero le soltó la última perla
en forma de pregunta.
-¿Por
cierto, ¿cómo te llamabas que no lo recuerdo?
-o-o-o-o-o-o-o-o--o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
Francisco Robles. ABC jueves 11
de junio de 2015. Sevilla 23
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