Ingredientes:
Aceite de oliva virgen extra
Gambas
Sal
Guindilla (cayena)
Pelamos las gambas y las ponemos en un plato, con un poco de sal
Pelamos y picamos los ajos en trocitos pequeños.
los añadimos a las gambas y las removemos para que vayan cogiendo el aroma de los ajos.
Colocamos en el fuego una cazuela de barro, individual, con el aceite (hay que ser generoso con este) y una pequeña guindilla (cayena).
Cuando el aceite esté caliente, burbujeando, pero no humeando, incorporamos las gambas, removemos un minuto.
Tapamos y apartamos del fuego
Ya fuera del fuego, terminan de hacerse.
De esta manera los ajos quedan perfectos, pero no dorados. Los ajos
tienen que estar finamente picados.
Es recomendable comerlas de inmediato
1 comentario:
Se me hace la boca, agua. Si encontrara aquí unas buenas gambas de Huelva y no unas chiclosas congeladas :-(
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