lunes, 14 de marzo de 2011

Mi escuela

Así era mi segunda escuela

La primera, fue "las Salesianas", durante dos años (4-6 años). De esta escuela, recuerdo el uniforme que tenía que estar impecable; así como el cuido personal, la "formación militar de frente", en el patio, donde "la superiora", junto con otras monjas nos revisaban descosidos, brillo de zapatos, pelo, uñas, etc. siguiendo el toque de un silbato de la monja- portera, donde en "fila india" avanzábamos al único grifo que había en el patio para beber (una sola vez en toda la mañana). Cuando la monja creía oportuno cerraba el grifo y así "una vez cerrado" había que darse prisa hacia los W.C., porque aquí, también había tiempo límite con "toque de silbato"; evidentemente, nadie te preguntaba si te había dado lugar de beber o de evacuar....... Cosas de la época, dicen. Antes de llegar a la zona de w.c., a la derecha, había una pequeña capilla, que supongo sería muy bonita, pero a mí, de ella, me queda el recuerdo del "miedo" que aún hoy con 63 años conservo. Miedo, pánico que sentía cada vez que me castigaban. El motivo, no podía haber otro, era simplemente que en un descuido te "pillaba" preguntando, por ejemplo, a tu compi de pupitre, si tenía una goma de borrar. Sor Conchita, que así se llamaba, te decía: "a la capilla a rezar o a cantarle a la Virgen". Cuando "te depositaban" en la Capilla y te dejaban allí a solas, creía que te morías. Evidentemente, te sentabas lo más cerca posible.....no de Dios, sino de la puerta de salida. La única luz que alumbraba aquél espacio era la vela del Sagrario: no había ventanas por donde pudiese entrar algún rayo de luz, era una oscuridad negra, negra, negra; quizás allí comencé a percibir el significado del negro que más tarde me pasaría factura.
Posteriormente estuve en el Colegio José Antonio P.R., en Camas (Sevilla) que era una escuela como esta que vemos aquí, con pequeñas diferencias.
Recuerdo entre otros: la entrada en fila a la clase, las salidas también en fila al patio y en éste los "cantos patrióticos". En el porche y en un baño de zinc, con aquél polvo blanco que con un cazo en la mano (4 ó 5 niñas elegidas cada día), removiamos constantemente para deshacer los grumos. Aquello nos decían que era la leche en polvo que generosamente nos enviaban "los americanos" para alimentarnos. Bebida que tomábamos a mediamañana. La "preparación", ensayo y puesta en escena, en clase, de la 1ª. Comunión, para que todo saliese perfecto; la recogida de flores (margaritas, jaramagos y alguna que otra flor de las macetas) para, en el mes de Mayo, llevarlas como "ofrenda", aquello de....................... "con flores a María".
También recuerdo la foto de final de curso, con el babi blanco, sentada en la mesa de la profesora. Era el único día que podías hacerlo, delante de la pizarra previamente escrita "para salir en la foto" y con el globo terráqueo encima de la mesa.
Otro recuerdo triste que mantengo de aquella época es que entre las páginas del Catón tenía metida una pequeña colección de envoltorios de caramelos que un día desaparecieron. Posteriormente inicié una colección de estampitas-recuerdos de 1ª. Comunión o religiosas en general y también me la robaron. Esta pequeña ladrona tiene nombre y apellidos: ha sido vecina no muy lejana de mi casa durante muchos años y cada vez que la veía por la calle, la recordaba. Era mayor que yo y aparentemente "una mula" y de todas formas tampoco tenía sentido "acusarla" pues en el colegio no te hacían caso y, en el fondo, creo que me asusté.
El hecho de haber usado "uniforme colegial" durante dos años me marcó en algunos casos para bien ante los demás porque creían que mis padres "tenían dinero" pero, en otros casos, como algunos me han comentado, yo "iba vestida con un uniforme impecable" que ellos jamás tuvieron y esto me pasó factura. La la úiltima vez, que tuve conocimiento de esto fue ya cumplidos los 40 años.

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